El transporte de lípidos en la sangre está relacionado con dos estados fisiológicos importantes, el ayuno y la etapa posterior al consumo de alimentos. Después de comer, el sistema de transporte que predomina son los quilomicrones, que acarrean los lípidos “exógenos” recién digeridos y absorbidos provenientes de los alimentos. Estas partículas transportan gran cantidad de triglicéridos (cerca de 60 g/día) y una proporción menor de colesterol, dependiendo de las fuentes alimentarias consumidas, pero que en promedio representan unos 300 mg.
Resumiendo, podría considerarse que partendel intestino delgado hacia su destino final, que es el hígado (figura 5-12).
Durante el ayuno, los sistemas de transporte que prevalecen son las lipoproteínas de muy baja densidad (LMBD o VLDL, very low density lipoprotein), que transportan triglicéridos en elevadas concentraciones y una proporción pequeña de colesterol, y las lipoproteínas de baja densidad (LBD o LDL, low density lipoprotein), que acarrean principalmente colesterol. Ambos tipos forman parte del sistema de transporte “endógeno” de lípidos, es decir, que salieron del hígado y su destino final son los “tejidos periféricos”, como el musculo esquelético y el tejido adiposo.
Las lipoproteínas de elevada densidad (LED o HDL, highdensity lipoprotein) transportan el colesterol en sentido contrario, es decir, parten de los tejidos periféricos hacia el hígado, con el fin de eliminarlo a través de la bilis. Las lipoproteínas constan de un núcleo central que contiene los elementos no polares e hidrófobos, que son los triglicéridos, y el colesterol esterificado, una capa intermedia de fosfolípidos, colesterol libre y, por último, en la superficie de la molécula, una serie de proteínas llamadas apoproteínas o apolipoproteínas, con funciones específicas para cada partícula de transporte (figura 5-13).
Para poder intercambiar sus contenidos de lípidos, los sistemas de transporte deben interactuar con otras proteínas transportadoras, enzimas y receptores en los tejidos que se describen a continuación.
El estudio de la función de las lipoproteínas se lleva a cabo mediante procesos de centrifugación del plasma en un gradiente de bromuro de potasio (KBr) que permite separarlas con base en su tamaño y densidad. Cabe recordar que la densidad de los triglicéridos es menor que la del agua, por lo que las partículas con mayor cantidad de triglicéridos son las menos densas y tienden a rotar en el sistema de separación.
En una muestra de sangre tomada en ayunas (que no contiene quilomicrones), las partículas de menor densidad y enriquecidas con triglicéridos son las lipoproteínas de muy baja densidad, que quedan en la parte superior del sistema de separación, seguidas de las de densidad intermedia y de las de baja densidad, en ese orden; en el fondo quedan las HDL, que por su alto contenido de proteínas, tienen mayor densidad (figura 5-14).
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