Una vez que los nutrimentos han sido utilizados en las reacciones metabólicas de las células, se transforman en una serie de compuestos inútiles (catabolitos) y en ocasiones tóxicos que el organismo debe eliminar. En este proceso participan varios órganos, entre otros la piel, los pulmones, el sistema gastrointestinal, el hígado y los riñones.
Los desechos metabólicos relacionados con la utilización de los aminoácidos y otros compuestos que contienen nitrógeno, como el ADN, incluyen urea, amonio, creatinina y ácido úrico. La mayoría de estas sustancias de desecho se sintetizan en el hígado, y siendo residuos hidrosolubles, viajan desde las células que las producen al líquido intersticial (LEC), y después, por la sangre, hacia los riñones, donde se eliminan a través de la orina. El exceso de agua y de electrólitos, especialmente sodio, potasio, cloro y otros iones como el hidrógeno se eliminan a través de esta vía mediante complejos sistemas de regulación hormonal.
La célula libera bióxido de carbono y agua como productos metabólicos de desecho durante el proceso de oxidación de los esqueletos carbonados (cetoácidos) de los aminoácidos, los monosacáridos, como la glucosa, y los ácidos grasos.
El CO2 producido en vías como la glucólisis y en el ciclo de Krebs se elimina a través de los pulmones, mientras que el agua se desecha por la piel (sudor), los riñones (orina), el sistema gastrointestinal (heces) y los pulmones (vapor de agua).
BIBLIOGRAFÍA
FISIOLOGÍA DE LA NUTRICIÓN. ASCENCIO PERALTA, CLAUDIA. 2018.
Comments