Cerca del 35% de la población modifica su dieta por reacciones adversas a la comida. El diagnóstico correcto sería una de tres opciones: alergia a la comida (AC), alérgico o intolerante a la comida (IC), o no alérgico a la comida (NAC).
Muchos síntomas pueden ocurrir. Las manifestaciones de alergia se deben a la liberación de histamina y serotonina. Si son genuinas tienen que reproducirse con una prueba de placebo doble ciego.
Es importante distinguir las alergias alimentarias de las intolerancias causadas por toxinas o fármacos y trastornos metabólicos, como la deficiencia de lactasa o la enfermedad celiaca. La intolerancia a la comida viene de forma gradual, a menudo después de haber comido una cantidad grande de alimento intrusivo. Las alergias alimentarias suelen suceder rápido, cada vez que se ingiere el alimento, y pueden poner en riesgo la vida. De hecho la alergia a la comida ahora se reconoce en Estados Unidos como una discapacidad protegida.
Las tendencias alérgicas se heredan pero no siempre a un antígeno específico (es decir, un padre con una predisposición genética a reacciones graves a la picadura de abeja puede tener un hijo con alergia a la picadura de una abeja, alergia alimentaria o de otro tipo). Los niños con fiebre antes del primer año de edad tienen menor probabilidad de desarrollar alergias y la exposición a mascotas como los perros a edad temprana fortalece la inmunidad. Las personas con tendencia a alergias pueden desarrollar sensibilidad a nuevos elementos en cualquier momento.
Las alergias alimentarias en Estados Unidos afectan a 6 millones de personas. En todo el mundo afectan a 3.5 a 4% de la población. La prevalencia en la lactancia está en aumento; hasta 15 a 20% de los lactantes pueden presentarse con eccema atópico, cólico infantil y reflujo gastroesofágico.
Los tres tipos de alergia alimentaria son alergia mediada por IgE, mixta (IgE/No IgE) y no medida por IgE (celular, hipersensibilidad retardada). Las reacciones por alergia alimentaria ocurren dentro de las siguientes 2 horas. Las reacciones inmediatas (1 minuto a 2 horas) o retardada (2 a 48 horas) también pueden ocurrir.
Se conocen más de 170 alimentos distintos que producen una alergia o intolerancia. No obstante, 90% de las alergias alimentarias se produce por solo ocho alimentos: huevos, leche, trigo, soya, pescado, maricos, cacahuates y nueces. Los síntomas de alergia alimentaria más comunes que afectan el tracto gastrointestinal son diarrea, nausea, vomito, calambres, distención abdominal y dolor.
La histamina es un mediador primario de la anaflaxia porque desencadena una cascada de mediadores inflamatorios. La intolerancia a la histamina resulta de la excesiva acumulación contra la capacidad de degradación de la histamina; la diamina oxidasa es la principal enzima para el metabolismo cuando ha ingerido histamina.
La histamina se encuentra en alimentos como queso, vino tinto, espinaca, berenjena y extracto de levadura. La ingesta de alimentos, alcohol o fármacos ricos en histamina pueden provocar diarrea, cefalea, síntomas de rinoconjuntivitis, asma, hipotensión, arritmia, urticaria, prurito o rubor en pacientes con intolerancia a la histamina. También puede ocurrir una reacción por ingerir pescado en mal estado (escómbrido). Además, las personas con urticaria crónica pueden tener una función disminuida de los eritrocitos en el intestino delgado y una alta sensibilidad a los alimentos que producen histamina. Una dieta balanceada baja en histamina puede ser beneficiosa.
Los probióticos tienen un rol en la reducción de las respuestas indeseables del tracto gastrointestinal a los patógenos y alérgenos. Así mismo los ácidos grasos omeda-3 y los retinoides regulan los factores de inmunosupresión de la mucosa. Los antioxidantes como las vitaminas (C y E), los polifenoles y carotenoides de los alimentos y aceites vegetales de la dieta pueden ejercer efectos protectores contra los efectos nocivos de los péptidos del gluten en las células intestinales.
Durante años, se ha estudiado la nutrición durante el embarazo para ver sus efectos en las alergias. La reducción de vitamina D en el embarazo puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de eccema en los lactantes. Altos consumos de margarina, aceite vegetal y algunas verduras y frutas alergénicas durante el embarazo pueden incrementar el riesgo de padecer eccema. La complementación materna con ácidos grasos poliinsaturados omeda-3 modula las respuestas inmunológicas, lo que reduce el asma en los niños. Estos hallazgos requieren investigación adicional.
Se ha publicado lineamientos de nutrición temprana para la prevención de alergias en los niños. No hay necesidad de evitar introducir alimentos complementarios después de los 4 meses, pero la evidencia no justifica las recomendaciones para quitar o exponer a los lactantes de 4 a 6 meses de edad a alimentos alergénicos.
De hecho la introducción temprana a trigo, centeno, avena y cereales con cebada, pescado y huevo parecen reducir el riesgo de padecer asma, rinitis alérgica y sensibilidad atópica en los lactantes. La prevalencia de alergia alimentaria en adultos se ha encontrado en 50% de los pacientes con dermatitis atópica; los huevos, la leche y el trigo pueden ser los causantes problemáticos. Por lo tanto se necesita más investigación.
La inmunidad de la mucosa del intestino sano más un régimen de alimentación apropiado durante la lactancia temprana promueven la tolerancia alimentaria. El consumo excesivo de proteína de la fórmula para lactantes es conjunto con la ausencia de bifidobacteria deseada y microRNA inmunorreguladora es una posible etiología. La alergia se facilita por los defectos en la barrera intestinal (inmunitaria o no inmunitaria), una carga alérgena alimenticia y predisposición genética. En los pacientes con alergia alimenticia la respuesta inmunitaria dominante es la respuesta de una célula T torcida y la generación de anticuerpos IgE específicos de células B.
Los investigadores están tratando de modificar la respuesta alérgica inmunitaria a través de la inmunoterapia oral, inminoterapia sublingual, inmunoterapia percutánea , vacunas proteínicas modificadas, terapia adyuvante con anticuerpos monoclonales anti-IgE o una terapia de hiervas medicinales chinas. Se ha probado la inmunoterapia de cacahuate sublingual para desensibilizar a personas que son alérgicas a los cacahuates. Sin embargo, esta inmunoterapia oral no se recomienda hasta después de que varias pruebas hayan probado su seguridad. La inmunoterapia oral puede desensibilizar a un elevado porcentaje de niños con alergia al huevo.
La etiqueta con los ingredientes de los alimentos es la primera línea de defensa para aquellos con alergias alimentarias y sus cuidadores. Las etiquetas de ingredientes de los alimentos deben leerse cada vez que se compra y consume un alimento. La Food Allergen Labeling and Consumer Protection Act (FALCPA) exige que las etiquetas de los alimentos presenten información clara, consistente y confiable sobre los ingredientes. Los nombres “coloquiales” de los ocho principales alérgenos alimentarios deben usarse en el etiquetado de alimentos.
La legislación requiere una de dos opciones para el etiquetado con estos términos comunes. La primera es listar el alérgeno alimentario entre paréntesis después del término del ingrediente requerido; por ejemplo, “suero (leche)” o “sémola (trigo)”. La segunda opción es seguir la declaración de ingredientes con una leyenda como “contiene platija, nuez, trigo y soya”. Además todas las especies, los saborizantes y los aditivos incidentales que contengan o provengan de un alérgeno alimentario principal se incluirán con el nombre de un alérgeno bajo alguna de las opciones de etiquetado. Por ejemplo, un sabor que contenga un ingrediente derivado de la leche puede decir “sabor de mantequilla natural (leche).”
Los alimentos con modificaciones genéticas son producto de la biotecnología. Es posible que al final la bioingeniería pueda reducir la concentración de alérgenos en los alimentos. Para los alimentos genéticamente modificados el posible carácter alergénico de las proteínas se evalúa mediante la comparación de su secuencia de aminoácidos con la de los alérgenos conocidos, además de la determinación de su estabilidad durante el procesamiento. Los alimentos con modificación genética que se cultivan con fines comerciales se someten de forma regular a la evaluación de sus propiedades alergénicas. Antes de que un cultivo de alimentos con modificaciones genéticas pueda comercializarse debe pasar a través de un proceso regulatorio riguroso para su seguridad como el que requiere la Comisión Alimentaria Codex (Codex) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Intervención
Objetivos
Puede requerirse un historial clínico cuidadoso, estudios diagnósticos, endoscopia o prueba de exposición alimentaria doble ciego.
Los niños con dermatitis atópica pueden tener alergias alimentarias que se diagnostican con una prueba de pinchazo y una exposición alimentaria doble ciego. Enseñar cómo mantener un diario de alimentos para vigilar las reacciones a la comida.
El tratamiento es la proscripción de los alimentos nocivos más la educación para evitar las exposiciones inadvertidas. Descartar o evitar el alérgeno identificado. Si no se conoce se adopta una dieta de eliminación para reconocer la causa. Nótese que las “dietas de rotación” no son efectivas y son potencialmente peligrosas.
Vigilar el inicio de las reacciones, las cuales pueden ser tardías o inmediatas. Si es tardía el inicio de la reacción puede tardar varias horas o hasta cinco días. Es más frecuente una respuesta inmediata con los alimentos crudos; los antecedentes del paciente pueden incluir diarrea, urticaria, dermatitis, rinitis y asma. La diarrea alérgica es dependiente casi en su totalidad de IgE y mastocitos, mediada por serotonina.
El tratamiento de los trastornos GI alérgicos incluye la eliminación dietética estricta del alimento nocivo. La ingesta de ácidos grasos omega 3, flavonoides y carotenoides puede ser de utilidad para preservar la integridad de la barrera intestinal.
Tratar las deficiencias nutrimentales o asegurar la complementación adecuada. Los niños con múltiples alergias alimentarias tienden a presentar problemas de crecimiento.
Seguir los lineamientos del National Institute of Allergy en http://www.niaid.nih.gov/topics/foodAllergy/clinical/Documents/guidelines.pdf.
Alimentos y nutrición
La introducción de trigo, centeno, avena o cebada a lactantes de 5 a 5.5 meses de edad es razonable; el huevo a los 11 meses o menos; el pescado a los 9 meses o menos. Los pediatras están menos consientes que los nutriólogos de las recomendaciones actuales.
Los alérgenos más frecuentes en los lactantes son huevos, trigo, leche y pescado. En los niños la leche de vaca, los huevos, la soya, los cacahuates, el trigo, las nueces y el pescado a menudo causan problemas.
En los adultos, los alérgenos habituales incluyen mariscos, cacahuates y nueces. Los cacahuates intervienen en casi una tercera parte de los casos de anaflaxia.
Si es necesario, intentar la dieta de eliminación. Usar una dieta elemental insípida como base hipoalergénica a la que se agregan otros alimentos como pruebas de exposición. Los alimentos que pocas veces precipitan una reacción alérgica incluyen manzanas, chabacanos, alcachofas, zanahorias, gelatina, cordero, lechuga, duraznos, peras, arroz, calabaza (amarilla) y pavo.
Leer las etiquetas de los alimentos preparados para el paciente y revisar todos los elementos del menú.
Vigilar los métodos de preparación de los alimentos para descartar el posible contacto cruzado con el alérgeno. Evaluar en busca de posibles ingredientes “ocultos”.
Incluir necesidades de nutrimentos específicos según la edad de cada paciente. El crecimiento se retrasa y las deficiencias alimenticias pueden ocurrir en niños con alergia.
Para los lactantes lo mejor es el amamantamiento. La mayor duración del amamantamiento total, más que la exclusividad puede proteger contra del desarrollo de asma no atópico.
Incluir flavonoides y carotenoides mientras sean tolerados.
Interacciones entre alimentos y fármacos
Fármacos de uso común y sus posibles efectos secundarios
La epinefrina es una versión sintética de la adrenalina natural. Es la primera línea de defensa en una reacción anafiláctica y a menudo es necesario acudir a la sala de urgencias.
Las personas con tendencia a las reacciones alérgicas por alimentos u otros alérgenos deben llevar consigo epinefrina inyectable. Una plumilla de inyección aplica una sola dosis; hay otras presentaciones que aplican dos dosis.
Los antihistamínicos H1 (como ranitidina, cimetidina) son recursos terapéuticos adjuntos para las reacciones anafilactoides agudas, pero su inicio de acción es lento en comparación con la epinefrina. Son los pilares del tratamiento de la urticaria; productos no sedantes incluyen la loratadina.
Los antihistamínicos orales deben tomarse con alimentos. Los efectos secundarios potenciales incluyen resequedd en la boca, estreñimiento y molestia gastrointestinal.
Los probioticos (bacteria intestinal benéfica), las células T regulatorias y las células dendríticas son esenciales para generar tolerancia mediante el sistema inmunitario de la mucosa; el uso de antibióticos se relaciona con un rompimiento en la tolerancia inmunitaria. Por tanto los probióticos pueden ser de utilidad en el tratamiento de la alergia. También se han probado agentes biológicos, vitamina D y cremas cutáneas.
Los estudios apoyan la vacuna de la influenza para personas con alergia al huevo con precauciones moderadas.
Xolair está aprobado para el asma alérgica. Puede ser beneficioso para la urticaria crónica.
El consumo de ácidos grasos omega-3 puede reducir la gravedad de los síntomas asmáticos. Vigilar si se presenta alergia al pescado si se usan aceites de pescado.
El tratamiento con esteroides tópicos o sistémicos es útil cuando todas las medidas dietéticas son infructuosas.
Hierbas medicinales, productos botánicos y complementos
El polen de abejas no evita las alergias. De hecho puede causar asma, urticaria, rinitis o anafilaxia después de ingerir plantas que tienen reacción cruzada con ambrosia, como girasoles o brotes de diente de león.
La sensibilidad a alimentos/plantas es frecuente (p. ej. Melón/ambrosia, manzana/abedul, trigo/pastos). Mantenerse alerta con los tés herbarios, incluida la manzanilla.
La fórmula herbal china FAHF-2 se muestra prometedora para reducir la anafilaxis.
La hierba no me olvides puede ser benéfica para manejar la dermatitis de contacto, pero no debe tomarse de forma oral.
El uso de perejil, amaranto, ginkgo y allium se ha propuesto en caso de alergias o urticaria; sin embargo, se requieren estudios de largo plazo. El perejil crudo, la arugula, la espinaca y el tomate causan dermatitis por contacto en individuos sensibles.
La ortiga (urticaria dioica) se ha usado para reducir las concentraciones elevadas de insulina e inflamación. Se necesitan más estudios.
Los edulcorantes no suelen ser alergénicos. Después de revisar estudios científicos la FDA determino en 1981 que el uso de aspartame es los alimentos es seguro. Las personas con fenilcetonuria no deben usarlo porque está elaborado con fenilalanina.
Existen estudios clínicos en proceso para determinar la efectividad de la medicina tradicional china en los trastornos como el asma y las alergias.
Educación, atención y cuidado de la nutrición
La educación sobre la lectura de etiquetas es esencial. Asegurar la asesoría nutrimental amplia y la educación para la salud en las personas con alergias alimentarias a fin de evitar las deficiencias nutrimentales, limitar las restricciones innecesarias y prevenir reacciones. Las deficiencias nutrimentales dependen de los grupos alimentarios involucrados y omitidos.
Los signos de anafilaxia (ronquera, constricción faríngea, dificultad para respirar, hormigueo de manos o pies o piel cabelluda, sibilancias) deben tomarse con seriedad; llamar de inmediato al número de emergencias.
Educar sobre la posibilidad de reacciones cruzadas, como la que hay entre la leche de vaca y la leche de cabra, o entre varios tipos de pescados.
Los individuos alérgicos a las nueces enfrentan muchos retos cuando comen en restaurantes y otros sitios.
Los individuos con alergia al huevo o a la leche pueden tolerar productos horneados; esto puede brindarles mayor calidad de vida.
La sensibilidad no celiaca al trigo es una condición clínica distintiva; algunas características son más similares a la enfermedad celiaca y otras son más parecidas a la alergia alimentaria. Educación del paciente: seguridad de los alimentos
La ingesta de alérgenos alimentarios en realidad es la “ingesta de comida insegura” para las personas susceptibles. En caso de trastornos GI y síntomas reactivos las personas con alergias alimentarias pueden ser más sensibles a la intoxicación alimentaria.
La “hipótesis de la higiene” ha propuesto que el uso excesivo de desinfectantes para las manos y una falta de exposición microbiana en la lactancia puede conducir a alergia u otros cambios autoinmunitarios. Discutir que es la limpieza razonable y el adecuado lavado de manos para la seguridad alimentaria sin extremos.
Los niños con alergia deben usar una placa o brazalete de aleta médica. Los adultos con alergia a los cacahuates o nueces pueden hacer lo mismo.
Trabajar siempre con el personal de enfermería para identificar los alimentos e ingredientes que deben evitarse, y desarrollar un plan de alimentación que asegure que cada niño recibe los nutrimentos necesarios para su crecimiento y desarrollo adecuados.
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